sábado, 7 de abril de 2007

Hombres Necios...Incapacitados de Acusar

Una dulcísima y tierna amiga, Alejandra Sumi Seto, escribió al final de una emotiva carta: PD: Sin acusar a nadie, aquellos hombres que busquen en los grupos alternativos, aventuras o pasarla bien un rato, piensen que a veces delante suyo tienen a una persona de carne y hueso, que sufre y busca solo la felicidad. Por favor, no jueguen con ella y al menos tengan un poco de decencia de ser algo honestos, sin necesidad de blanquear ninguna identidad o secreto oscuro, solo digan que es lo que buscan honestamente, porque algunas decimos y nos comportamos sinceras, exponiendo nuestros sentimientos y almas. Esta honesta, profunda y conmovedora declaración me sacudió algunas ideas. Más que pedirles a los hombres que piensen, sería bueno recordarles que hacer y repetir lo que la manada hace, no es de hombres...es de animales. No pretendo insultar a unas u otras bestias, pero sí poner en claro algo que todos sabemos: una relación casual puede dejarnos extenuados y físicamente satisfechos....pero completamente vacíos de alma y espíritu, si la encaramos sólo individualmente, de manera egoísta y por nuestro sólo placer, como si el otro no existiera o fuera una cosa. Deberíamos abandonar la costumbre de confundir el juego sexual con una relación de hoyos y palos, como en el golf, pues no somos ni lo uno ni lo otro, a lo más somos las pobres pelotitas que van de un lado al otro a los golpes. Y si es así, es necesario que en la cama suceda lo mismo? Tan tontos, tan torpes somos? Qué impide que por unas pocas horas entreguemos nuestra vida al otro? En nosotras, creo que nada o casi nada; tal vez algo de miedo o inseguridad y aún así son ingredientes externos que nos vienen a nosotras desde la otra mitad de la relación. Y ellos? Qué los transforma de seres humanos magníficos en burdos consoladores que hablan y además tienen el mal gusto de sudar apestosamente... Nosotras tendemos a largarnos, a lanzarnos libremente sobre el otro, y aunque esto no excluye alguna trampa o mentira seductora, lo hacemos con franqueza, en profunda pasión, en busca de placer, en el entendimiento de que es para ambos. Pecamos de inocentes, de voluntariosas, de creídas.....Ya sé alguien está pensando "...ahora dice 'de boludas' ". Pero no, no somos boludas ni mucho menos. Porque nuestra buena disposición está guiada por el equilibrio de dar y recibir placer, y los/las boludas/dos son incapaces de hacer eso. Igualmente aunque nuestras buenas intenciones no nos liberan de errarle al compañero, al menos aseguran que lo que se deseaba era en bien de ambos interesados; es más en ocasiones la entrega bien intencionada compensa las debilidades o defectos de la pareja circunstancial. Veamos del otro lado del equipo (porque se trata de un dueto que juega con la misma camiseta, por si alguien aún duda). En el equipo de los hombres las intenciones aparecen como diferentes, o más grave como no propias, antes bien esteriotipadas e impersonales. Y cómo se puede ser impersonal en la cama?...Ni Sibyl, ella que tenía tantas personalidades, era tan loca, ni tonta como para no estar allí y ser ella misma en ese momento. El hombre, en su delirio cavernario y su exiguo razonamiento de hormiguero, cree que lo estamos esperando como a un profeta, como al agua en años de sequía, o como a un bar donde nos dejen fumar tranquilas (en la ciudad de Buenos Aires). Esta personalidad masculina que lo hace creerse único, pero que sólo razona en colmena, parece padecer de un trastorno de identidad disociativo, o como decimos en casa sufre de personalidad múltiple. Si, piensenlo, se acerca a nosotras como si fuera Adán el único, nos rodea y mira como si fuésemos de su propiedad por derecho divino y luego nos habla...repitiendo el mismo estúpido discurso de todos los demás ejemplares que aunque producidos en serie, también se creen únicos. Es allí donde los hombres se pierden y nos arruinan la noche (si como si una de día no tocase la cama, no?). En su pensamiento de zángano colmenario el hombre cree que el sexo es para "darse" placer, no para compartirlo y preocuparse porque la otra lo reciba; sin dejar de lado que muchos lo hacen como "trabajo" u "obligación" para rendir cuentas ante la asamblea unicerebral de machos "contando la hazaña" de haber "domado a la potra"....aunque en su intimidad llore de dolor por la soledad y el hueco que siente en el corazón. Es tan difícil salir de estereotipo, cuando el beneficio del placer de a dos es tan grande? Es tan grave para el hombre emocionarse y sentir? Tal vez lo sea, la sociedad (zoociedad?) no lo ayuda...Pero en nuestro mundo de dos deberíamos poder cambiarlo. Como decía al principio, no sé si hay que pedirles que piensen, creo que hay que pedirles que sientan, para que logremos unos instantes de placer supremo, de emociones superlativas, de Amor con mayúsculas. Nadie piense que pido amor eterno o promesas de una vida juntos. Lo que quiero lo resumió Enrique Jardiel Poncela en una de sus novelas. Uno de sus personajes era Don Pedro de Valdivia, un playboy de los años 20 con una vida plena de amores fugaces; repetía a cada una de sus ocasionales amantes: "Te amaré toda la vida...por esta noche". Esta frase que puede sonar simpática, graciosa, incoherente o francamente cretina, es, sin embargo, muy profunda y una de las llaves secretas del placer: Entregarse plena/pleno al otro/otra por unas horas de placer compartido en profundidad y comunión, sin que importe el futuro, es crear un tiempo y un espacio especial. Y allí no retacearse nada, no ser mezquino, no pedir sin dar, no quitar sin reponer, no recibir sin reintegrar, no tocar sin acariciar, no respirar sino suspirar, y hablarlo todo y besarlo todo... Una cosita más. Este es un juego de a dos, no un lugar donde uno juega como si del otro lado no hubiera nada. Para que eso no suceda la barrera la debemos poner nosotras. Decir esto no, detenerse a tiempo, barrer al tipo que se comporta como un tarado y distinguir entre la buena voluntad y el aprovechamiento es responsabilidad nuestra....De nada nos sirve quejarnos después...

SOY COMO SOY

Soy como soy / Estoy hecha así / Cuando tengo ganas de reir / Me río a carcajadas / Amo al que me ama / Acaso es culpa mía / Que no sea siempre el mismo / El que amo en cada ocasión / Soy como soy / Estoy hecha así / Qué más pretendéis / Qué más queréis / Estoy hecha para gustar / Y no hay nada que hacerle / Mis tacones son muy altos / Mi cuerpo muy erguido / Mis pechos muy firmes / Mis ojeras muy profundas / Pero después de todo / Qué puede importaros / Soy como soy / Gusto al que le gusto / Qué puede importaros / Lo que me sucedió / Si amé a alguien / Si alguien me amó / Como los niños que se aman / Simplemente saben amar / Amar amar... / Por qué hacerme preguntas / Estoy donde estoy para gustaros / Y no hay nada que hacerle / Jaques Prevert - "Palabras"