miércoles, 28 de marzo de 2007

Civilización y Barbie-arie

Siempre he pensado que la especie humana es sólo una más de las que habita el planeta. lo que la diferencia y distancia de las otras especies es su capacidad de crear cultura; es decir la habilidad de transformar el mundo en que vive. Esa diferenciación nos lleva a vivir en lo que llamamos "civilización" como conjunto de componentes culturales de características definidas y perdurables. Dentro de las modificaciones que genera la cultura están aquellas que constituyen barreras al crecimiento del primitivo salvajismo animal que aún vive dentro del humano. En el centro de estos bloqueos están el arte y la estética.Tanto más nos alejamos de lo artístico y de la contemplación estética, tanto más nos acercamos al brutal salvajismo natural de la especie. Apreciar el arte, envolverse en la armonía de la estética, nos hace más civilizados, más "convivibles", nos distingue como especie evolucionada. Esto que parece tan simple realmente no lo es, o al menos no es lo que ocurre regularmente. Quien haya estado en el salón del Louvre que sirve de sala de recepción a la Gioconda entenderá lo que digo con sólo recordar las caras y comentarios mediocres de la inmensa mayoría de los visitantes de la dama. Nosotras las Cross estamos a la vanguardia de la Civilización (la real, no las que nos venden todos los días). la estética para nosotras es un pilar de vida; sin ella no nos atreveríamos ni a calzar un par de medias (negras con brillitos y encaje, mmmm). No hablo de belleza. la belleza es subjetiva, circunstancial, de impacto visual. La estética es armonía estable, equilibrio, es un ambiente espiritual, es emoción. La belleza es la estrella refulgente y fugaz, la estética es la fresca y viva noche de primavera. Nosotras somos la Estética. generamos sensaciones de forma regular y constante. Envolvemos a quien nos mira (y admira) en una esfera de placer, excitación y felicidad. Somos como una pintura renacentista: colores vivos en perfecta combinación de pigmentos, plenas de contrastes de luces y sombras, en una perspectiva ordenada y calma, sumergiendo al observador en un mar emocional donde navega entre la alegría y la congoja, la dulzura y la imponencia, el dolor y el placer. Somos una obra de arte. Un lienzo cubierto por las tibiezas del óleo. Un mármol pulido por las caricias del cincel. Qué más civilizado y cultural puede haber que un ser humano hecho arte vivo... Si, ya sé no somos las únicas (aunque para mí las más bellas). Pero mirando al mundo tampoco es mucha la gente que se ocupa de parecer más civilizada. Somo pocas en un grupos humano de pocos...lo que es mucho! A mis ojos son escasos los seres que atienden a su arreglo personal; desde la limpieza hasta la ropa y sus colores. El perfume no sirve sin la ducha (o mejor un baño de inmersión con sales aromáticas). La moda arruina si no te queda; en nuestro tiempo es tal la variedad de "modas", que prácticamente ha desaparecido todo estilo o tendencia en colores y formas, lo que obliga a elegir y a escoger bien. Nadie como nosotras pone tanta dedicación al armado de su guardarropas y a la combinación de su maquillaje, guiadas por un fino tacto estético y un instinto artístico profundo. No emocionamos por accidente o por azar. Adornamos nuestras emociones humanas con colores artísticos y cintas de regalería estética para hacer del triste animal humano un ser brillante y magistral, la luz del universo. Somos la vanguardia de la civilización.

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